Iniciamos nuestro recorrido enfocando el territorio de las diferencias. Quiero que abriendo las puertas al tiempo por venir, se sumen algunas reflexiones más. Ellas apuntan a volver a conectarnos con el otro punto del alfa y el omega: lo que une e identifica a los seres humanos.
¿Qué subyace en lo múltiple y en lo diverso, en los valores más profundos de nuestra humanidad? ¿A qué principios damos vida en estos tiempos que nos llevan a encontrar, cada vez más cerca y más claro, los rostros luminosos y los oscuros del mundo que estamos entre todos, construyendo?
Antonio Baggio compiló “El Principio Olvidado: La Fraternidad.- En la Política y el Derecho-” (2006). Esta obra con la riqueza de artículos que la integran, comienza reconociendo los problemas aún no resueltos por la democracia y plantea un interrogante que, a su vez, se convierte en su hipótesis central: ¿la falta de presencia activa en el escenario político de la idea de fraternidad y las dificultades para dar concreción plena a la libertad y a la igualdad, pueden estar causalmente entramadas? ¿Es posible entonces, que una puesta en valor de la fraternidad revierta positivamente también, en las aspiraciones de igualdad y libertad?
Desde ese planteamiento: ¿Qué resuena en nosotros a partir del abordaje de esta obra? ¿Cómo calza la pregunta en otros contextos y escenarios que integran también, el vasto escenario de la primera y más amplia comunidad: la humana?
Negociar en el marco de diferencias culturales con una plataforma centrada en valores y principios, pensamos, es un panorama abierto para contribuir también, con la construcción de una cultura de la convivencia creadora. Y esta es, su proyección social. ¿Qué nos une? es una pregunta que atraviesa todo nuestro recorrido. En esta mirada entonces, es posible dar respuesta a los legítimos deseos e intereses confluyendo, al mismo tiempo, en la ruta del bien común; asumir creativa y positivamente, los retos que el encuentro con las diferencias puede presentar a nuestra humanidad con sus mapas, sus emociones, sus necesidades de certidumbre y de similitud.
A lo largo del camino, y atravesando modelos y capacidades han estado presentes interrogantes que tienen respuestas, reflexiones para pensar y tal vez re-pensar, algunas ideas, juicios de valor, supuestos. Hay una apasionante búsqueda de patrones que conectan, de plataformas profundas de unión que abracen a la diversidad; de valores y creencias que, sin temer al disenso ni negar al conflicto, calen más hondo para caídos uno a uno los velos, llegar a ese universo pequeño y grandioso donde el “yo soy” y “el otro es” late en un reconocimiento simple y pleno de verdad: nuestra común humanidad.
Hemos hecho un alto final. Ahora continuamos el camino con un renovado compromiso con el pensar, el sentir y el hacer en dirección al horizonte deseado. En esta empresa vital de conjugar el lenguaje de la paz; de la coexistencia creadora; del diálogo; de la inclusión, de la justicia y el desarrollo, de los valores que, en definitiva, permiten una vida digna y con significado, todos tenemos un lugar y estamos llamados a participar. Tu aporte es necesario y vale. ¿Colaboramos?
¿Qué subyace en lo múltiple y en lo diverso, en los valores más profundos de nuestra humanidad? ¿A qué principios damos vida en estos tiempos que nos llevan a encontrar, cada vez más cerca y más claro, los rostros luminosos y los oscuros del mundo que estamos entre todos, construyendo?
Antonio Baggio compiló “El Principio Olvidado: La Fraternidad.- En la Política y el Derecho-” (2006). Esta obra con la riqueza de artículos que la integran, comienza reconociendo los problemas aún no resueltos por la democracia y plantea un interrogante que, a su vez, se convierte en su hipótesis central: ¿la falta de presencia activa en el escenario político de la idea de fraternidad y las dificultades para dar concreción plena a la libertad y a la igualdad, pueden estar causalmente entramadas? ¿Es posible entonces, que una puesta en valor de la fraternidad revierta positivamente también, en las aspiraciones de igualdad y libertad?
Desde ese planteamiento: ¿Qué resuena en nosotros a partir del abordaje de esta obra? ¿Cómo calza la pregunta en otros contextos y escenarios que integran también, el vasto escenario de la primera y más amplia comunidad: la humana?
Negociar en el marco de diferencias culturales con una plataforma centrada en valores y principios, pensamos, es un panorama abierto para contribuir también, con la construcción de una cultura de la convivencia creadora. Y esta es, su proyección social. ¿Qué nos une? es una pregunta que atraviesa todo nuestro recorrido. En esta mirada entonces, es posible dar respuesta a los legítimos deseos e intereses confluyendo, al mismo tiempo, en la ruta del bien común; asumir creativa y positivamente, los retos que el encuentro con las diferencias puede presentar a nuestra humanidad con sus mapas, sus emociones, sus necesidades de certidumbre y de similitud.
A lo largo del camino, y atravesando modelos y capacidades han estado presentes interrogantes que tienen respuestas, reflexiones para pensar y tal vez re-pensar, algunas ideas, juicios de valor, supuestos. Hay una apasionante búsqueda de patrones que conectan, de plataformas profundas de unión que abracen a la diversidad; de valores y creencias que, sin temer al disenso ni negar al conflicto, calen más hondo para caídos uno a uno los velos, llegar a ese universo pequeño y grandioso donde el “yo soy” y “el otro es” late en un reconocimiento simple y pleno de verdad: nuestra común humanidad.
Hemos hecho un alto final. Ahora continuamos el camino con un renovado compromiso con el pensar, el sentir y el hacer en dirección al horizonte deseado. En esta empresa vital de conjugar el lenguaje de la paz; de la coexistencia creadora; del diálogo; de la inclusión, de la justicia y el desarrollo, de los valores que, en definitiva, permiten una vida digna y con significado, todos tenemos un lugar y estamos llamados a participar. Tu aporte es necesario y vale. ¿Colaboramos?
SANTA MARÍA, Ma. del Carmen, La negociación en situaciones desafiantes, La Crujía Ediciones, Colección Huanacauri. Buenos Aires, 2008, pp. 149-150.
No hay comentarios:
Publicar un comentario